Corría el año de 1916 y con el inicio de la Primera Guerra Mundial, el azúcar de remolacha europea que Milton S. Hershey utilizaba en su fábrica de chocolate empezó a escasear, así que el magnate viajó a Cuba y empezó a adquirir plantaciones de caña y a construir refinerías para garantizar el abastecimiento de su fábrica en Pennsylvania. Hershey se enamoró a primera vista de Cuba, de su clima, y de lo que él llegó a llamar “la eterna primavera tropical”.
Milton Hershey
Como todo gran empresario, Milton Hershey enseguida se puso manos a la obra y se quedó cuatro meses recorriendo los campos y zafras cubanas, hasta que escogió el lugar y compró un pequeño molino de azúcar en el centro de San Juan Bautista donde decidió montar un molino más grande.
Así lucían los terrenos cuando fueron adquiridos por Hershey
Cerca a sus plantaciones, Hershey construyó una pequeña comunidad para que sus trabajadores no tuviesen que viajar desde tan lejos. La llamó Central Hershey, basado en el modelo de comunidad que también había creado para sus trabajadores en Pennsylvania.
Las casas de esta pequeña ciudadela eran bastante cómodas y tenían un estilo americano muy pronunciado, ya que a pesar del clima tropical contaban hasta con chimenea. Además de las viviendas, Hershey mandó a construir un centro médico totalmente equipado, una escuela pública gratuita para los hijos de sus trabajadores, un club social deportivo con varias instalaciones, entre las que se incluían un campo de béisbol y uno de golf.
El quería empleados saludables, fue por eso que estableció esa pequeña clínica, además la ciudadela contaba con una céntrica farmacia bien abastecida, igualmente el supermercado y la carnicería estaban dotados de grandes frigoríficos y las paredes siempre se encontraban limpias, con sus azulejos relucientes.
La comunidad contaba con su propia planta de energía, alcantarillado y agua potable. Incluso los más pequeños tenían su pequeño “parque de diversiones”, que era un parque infantil con toboganes y columpios.
El quería empleados saludables, fue por eso que estableció esa pequeña clínica, además la ciudadela contaba con una céntrica farmacia bien abastecida, igualmente el supermercado y la carnicería estaban dotados de grandes frigoríficos y las paredes siempre se encontraban limpias, con sus azulejos relucientes.
La comunidad contaba con su propia planta de energía, alcantarillado y agua potable. Incluso los más pequeños tenían su pequeño “parque de diversiones”, que era un parque infantil con toboganes y columpios.
Imaginen la felicidad de toda esa gente que trabajaba para Hershey, ahora vivía de esa forma cuando hace poco tiempo no tenían ni siquiera luz eléctrica.
Hershey también estableció una escuela de huérfanos que funcionó durante diez años
Paralelamente a toda esta urbanización, Hershey se dio el lujo de construir una línea de ferrocarril con sus respectivas paradas y estaciones, para que sirviera de transporte a los trabajadores que vivían en poblaciones más o menos cercanas.
El tren de Central Hershey
Hershey implementó en Cuba sus métodos laborales idealistas y prácticos que le habían dado fruto en Pennsylvania. El quería que sus empleados se encuentren cómodos porque sabía que así rendirían mejor, también empezó a pagar los salarios semanalmente y otorgarles estabilidad, algo muy raro en Cuba, donde los empleadores estaban acostumbrados a despedir a los trabajadores al final de la temporada de zafra.
La presencia de Hershey y su forma de hacer negocios en Cuba, contrastaban con la mayoría de empresarios extranjeros que explotaban los recursos de la isla y a su gente. El gobierno cubano de ese entonces condecoró y premió muchas veces a este empresario norteamericano, que de hecho cuenta con la presea más alta que Cuba concede: la Gran Cruz a la Orden Nacional.
La presencia de Hershey y su forma de hacer negocios en Cuba, contrastaban con la mayoría de empresarios extranjeros que explotaban los recursos de la isla y a su gente. El gobierno cubano de ese entonces condecoró y premió muchas veces a este empresario norteamericano, que de hecho cuenta con la presea más alta que Cuba concede: la Gran Cruz a la Orden Nacional.
Hotel y casas de empleados
En su momento de mayor esplendor, Milton Hershey llegó a tener en Cuba más de 60.000 ha de tierra, cinco fábricas azucareras, una planta de aceite, cuatro centrales eléctricas y 251 km de líneas férreas.
A fines de la Segunda Guerra Mundial, la compañía tenía suficientes plantaciones en Estados Unidos y llegó a la conclusión de que ya no necesitaba del azúcar cubana. Todas sus fábricas y propiedades, incluido el ferrocarril, fueron vendidas a la Cuban-Atlantic Sugar Company.
A fines de la Segunda Guerra Mundial, la compañía tenía suficientes plantaciones en Estados Unidos y llegó a la conclusión de que ya no necesitaba del azúcar cubana. Todas sus fábricas y propiedades, incluido el ferrocarril, fueron vendidas a la Cuban-Atlantic Sugar Company.
Para 1960 y con la llegada de la Revolución Cubana, el tren de Central Hershey se convirtió en el "Camilo Cienfuegos" de la División de Ferrocarriles de Cuba. Fue esta la última línea de tren eléctrica de Cuba y continuó sin cambios durante los siguientes 40 años.
No sé a ustedes, pero a mi esta historia se me hizo muy parecida a la "utopía" que quizo crear Henry Ford en Brasil.
Como nota curiosa, en 1912 Milton Hershey y su esposa se salvaron de viajar -y quizás morir- en el Titanic, a causa de una repentina enfermedad de última hora de la Sra. Hershey, lo que los obligó a cancelar los pasajes que debían llevarlos desde Inglaterra a Nueva York.
No sé a ustedes, pero a mi esta historia se me hizo muy parecida a la "utopía" que quizo crear Henry Ford en Brasil.
Como nota curiosa, en 1912 Milton Hershey y su esposa se salvaron de viajar -y quizás morir- en el Titanic, a causa de una repentina enfermedad de última hora de la Sra. Hershey, lo que los obligó a cancelar los pasajes que debían llevarlos desde Inglaterra a Nueva York.
En el Museo Hershey se conserva el cheque con el que se pagó los pasajes a la White Star Line, compañía naviera dueña del Titanic.
P.D. En este enlace pueden ver cómo se conserva actualmente Central Hershey, aquella pequeña ciudad donde el tiempo parece haberse detenido el siglo pasado.
P.D. En este enlace pueden ver cómo se conserva actualmente Central Hershey, aquella pequeña ciudad donde el tiempo parece haberse detenido el siglo pasado.
Fuentes y referencias:
1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8
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14 comentarios:
Se parece efectivamente a la aventura de Ford en Brasil pero parece que esta tuvo mejor suerte.
Saludos.
¡Interesante historia! Una buena forma de iniciar el año... Reflexionando.
¡Tanto trabajo! Da pena el abandono. "Revolución" dicen...
:-)
Gracias Carlos por el tweet.
;-)
Lo interesante (paradójico?) es que el tren sigue corriendo hoy en día, pero nadie le llama "Camilo Cienfuegos", si no que para todos es el "trencito de Hershey"
Tuvo suerte este hombre, sin duda... la pena es cómo está Cuba ahora...¿no?
Besicos
Otra história más para empezar el año y la de cosas que aprendo gracias a ti ;)
Besitos Carlos muuuuuacksssssssss!!!
Me encantó la historia... asociada a uno de mis chocolates favoritos.
Feliz año Lobito Malo, besos ;)
A partir de hoje segunda meu blog voltou com tudo acompanhe durante a semana noticiário cultural. Espero que goste. Me siga. Abraços boa semana.
informativofolhetimcultural.blogspot.com
Magno Oliveira
Folhetim Cultural
interesante historía!
Felizzz 2011 Carlos
Para ti y los tuyos toneladas de salud, amor y alegrías!!!!
Un besote inmenso!!!!
Esos eran pioneros, buscaban provecho propio pero a la vez enriquecian un lugar y daban bienestar.Me encantó este post!
Buen año!!!
Cariños.
Apreciado Carlos,
Me has llevado a mis años adolescentes, cuando la revolucion castrista aun usaba "pampers", hace cerca de cincuenta años.
Anduve por esa zona y todo era tal como se ve en las fotos.
Como dice Ricardo Sotolongo, todavia al tren le dicen: "el trencito de Hershey".
Hay una diferencia con el proyecto de Ford en Brasil.
Sin entrar en detalles tecnicos, Ford se lanzo en una empresa en una selva inhospita y no previo los avances de la tecnologia que pronto traerian el caucho sintetico.
Hershey se lanzo a un proyecto en una tierra extremadamente hospitalaria, mas aun que su gente, que ya es bastante decir, ademas de estar bien informado del futuro economico de su actividad, y eso le condujo al triunfo.
Todos los cubanos mayores de sesenta años de esa zona recuerdan "aquello" con expresiones de nostalgia y lamentos por como acabo todo.
Un abrazo cubanisimo,
Simon Jose Marti Bolivar
Hace un tiempo vi un documental que se llama "Model Town" que trata sobre el antes y el ahora de ese pueblo. Lo más triste es la desilusión de sus pobladores y la añoranza por aquellos chocolates. Pueden ver una nota de prensa aquí:
https://canaldocumental.tv/index.php?option=com_content&task=view&id=109&Itemid=1
y el trailer aquí:
https://www.youtube.com/watch?v=s2fgVEvGQ_I
Gracias Ricardo por tus aportes y esos interesantes enlaces.
Me imagino la nostalgia que debes sentir al igual que Simón. Es que desde afuera se siente más, dicen...
Saludos a todos.
Carlos, en realidad no mucha, a diferencia de Simón yo llevo pocos años fuera de mi país y por desgracia quedan pocas cosas por las que sentir añoranza en Cuba.
Yo nunca he estado en esa zona, solo que me gusta la historia de mi país, la que se me ocultó durante 27 años de mi vida y este post tuyo fue una buena oportunidad para aportar mi granito de arena.
Gracias a tí por el blog.
Recuerdo cuando un amigo de mi padre le escribía contando los primeros pasos de la Revolución cubana:
"estos tiran a izquierdísimas", era el resúmen, el párrafo final de la carta.
Salud y felicidad a todos los hijos de "la Perla del Caribe".
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