Esta no es de ninguna manera una justificación, o tal vez sí. Prefiero sea vista como una reflexión personal que quiero hacer pública debido al respeto que siento por mis lectores. Me dirijo a ustedes, porque en sus mails y comentarios me preguntan la razón por la cual no he actualizado desde hace algún tiempo.
Bueno. Motivos siempre hay suficientes, pero primero quiero que sepan que para mí, escribir aquí en este blog, es una pasión. Sí, una pasión y muchos de ustedes me entienden. Partamos de eso. Luego viene lo que les decía hace un momento, el asunto del respeto hacia el lector. Si mezclas estos dos ingredientes todo va bien, hasta que llega el día en que inevitablemente se te acaban las historias, las que te sabías, las que de cuando en cuando escuchaste por ahí, o las que te envían por mail. Era una lista bastante grande (de historias curiosas) de las cuales haces un doloroso proceso de selección: descartas unas, publicas otras, ésta te la guardas porque no te convence, o la de más acá te asquea; y el momento menos pensado te das cuenta de que llevas cinco años de tu vida dedicado a contar historias a gente que no conoces pero que la sientes cercana - algo que me fascina-, y que, sin quererlo, posponiéndolo y consciente de aquello, se iba extinguiendo otra de mis grandes pasiones; la lectura. En el interín, mientras tanto, los libros físicos y digitales seguían amontonándose en el ordenador y los anaqueles. Les echabas una ojeada -u hojeada- pero tenías algo más importante que hacer, cuidar de tus lectores, agradecer su fidelidad publicando otra historia.
Y así empezó: Fue una noche hace algunos meses que empecé a leer nuevamente, leer en serio, como antes; con la fruición de un niño que descubre el milagro de la lectura. Todo esto, a pesar de ser un deleite, me dejaba con un sabor amargo: ya no podía publicar el par de artículos (a veces tres) semanales, a los que los tenía acostumbrados. Se fueron distanciando inevitablemente. Traté de publicar por ahí uno semanalmente, hasta que no sé cómo ni por qué, me di cuenta de que por primera vez en la vida de este blog, no había publicado por casi tres meses. Y créanlo, me duele.
La culpa se la puedo echar directamente a Nabokov, al señor Roberto Bolaño o a Stefan Zweig. También a un modosito aristócrata alemán que fue de visita y se quedó a vivir entre tuberculosos en las alturas. Volví a recorrer los gulags que ya conocía gracias a Solzhenitsyn, pero ahora más curioso y cauteloso de la mano del gran Chejov (quien los describe en toda su perversidad), y me armé de paciencia para tratar de entender, de justificar esa arrogancia intelectual de Borges, pero no lo conseguí, desistí como hace veinte años.
Ustedes lo saben, porque conozco cuál es mi target, que inevitablemente, quieras o no, un libro te lleva a otro, ya sea por referencias del autor, porque prefieres ese punto de vista, o porque simplemente te enganchaste nuevamente -cual yonki- a tal o cual escritor o género. Me pasó en la adolescencia con Dostoievski y me sucede ahora lo mismo con Nabokov, y créanme señores, eso te trastoca la vida. Leer es un lujo que necesita de tiempo. Visto de otra forma, es un hobbie que bien puedes darte si eres joven o cuando no tienes que rendir cuentas a nadie. Yo lamentablemente, tenía "un blog que atender".
Puede parecer una broma pero no lo es: Ayer en la noche vi este sitio más abandonado que nunca. Más callado y solo que un ecuatoriano tomando cerveza en algún bar de Príncipe o en las cercanías de Atocha. Tan incompleto como un libro al que le faltan muchas páginas por escribir y esperando por ellas. Me dio tristeza porque no se lo merece, por las satisfacciones que me ha dado y por la gente que me ha permitido conocer. Es una culpabilidad medio cojuda; sentí que dejaba en la orilla al amigo que me acompañó durante el recorrido más duro de mi vida. (Porque de verdad lo hizo).
Hoy, después de la contrición, regreso a ésta, mi casa de siempre, con alguna que otra historia. Ojalá semanalente.
Bueno. Motivos siempre hay suficientes, pero primero quiero que sepan que para mí, escribir aquí en este blog, es una pasión. Sí, una pasión y muchos de ustedes me entienden. Partamos de eso. Luego viene lo que les decía hace un momento, el asunto del respeto hacia el lector. Si mezclas estos dos ingredientes todo va bien, hasta que llega el día en que inevitablemente se te acaban las historias, las que te sabías, las que de cuando en cuando escuchaste por ahí, o las que te envían por mail. Era una lista bastante grande (de historias curiosas) de las cuales haces un doloroso proceso de selección: descartas unas, publicas otras, ésta te la guardas porque no te convence, o la de más acá te asquea; y el momento menos pensado te das cuenta de que llevas cinco años de tu vida dedicado a contar historias a gente que no conoces pero que la sientes cercana - algo que me fascina-, y que, sin quererlo, posponiéndolo y consciente de aquello, se iba extinguiendo otra de mis grandes pasiones; la lectura. En el interín, mientras tanto, los libros físicos y digitales seguían amontonándose en el ordenador y los anaqueles. Les echabas una ojeada -u hojeada- pero tenías algo más importante que hacer, cuidar de tus lectores, agradecer su fidelidad publicando otra historia.
Y así empezó: Fue una noche hace algunos meses que empecé a leer nuevamente, leer en serio, como antes; con la fruición de un niño que descubre el milagro de la lectura. Todo esto, a pesar de ser un deleite, me dejaba con un sabor amargo: ya no podía publicar el par de artículos (a veces tres) semanales, a los que los tenía acostumbrados. Se fueron distanciando inevitablemente. Traté de publicar por ahí uno semanalmente, hasta que no sé cómo ni por qué, me di cuenta de que por primera vez en la vida de este blog, no había publicado por casi tres meses. Y créanlo, me duele.
La culpa se la puedo echar directamente a Nabokov, al señor Roberto Bolaño o a Stefan Zweig. También a un modosito aristócrata alemán que fue de visita y se quedó a vivir entre tuberculosos en las alturas. Volví a recorrer los gulags que ya conocía gracias a Solzhenitsyn, pero ahora más curioso y cauteloso de la mano del gran Chejov (quien los describe en toda su perversidad), y me armé de paciencia para tratar de entender, de justificar esa arrogancia intelectual de Borges, pero no lo conseguí, desistí como hace veinte años.
Ustedes lo saben, porque conozco cuál es mi target, que inevitablemente, quieras o no, un libro te lleva a otro, ya sea por referencias del autor, porque prefieres ese punto de vista, o porque simplemente te enganchaste nuevamente -cual yonki- a tal o cual escritor o género. Me pasó en la adolescencia con Dostoievski y me sucede ahora lo mismo con Nabokov, y créanme señores, eso te trastoca la vida. Leer es un lujo que necesita de tiempo. Visto de otra forma, es un hobbie que bien puedes darte si eres joven o cuando no tienes que rendir cuentas a nadie. Yo lamentablemente, tenía "un blog que atender".
Puede parecer una broma pero no lo es: Ayer en la noche vi este sitio más abandonado que nunca. Más callado y solo que un ecuatoriano tomando cerveza en algún bar de Príncipe o en las cercanías de Atocha. Tan incompleto como un libro al que le faltan muchas páginas por escribir y esperando por ellas. Me dio tristeza porque no se lo merece, por las satisfacciones que me ha dado y por la gente que me ha permitido conocer. Es una culpabilidad medio cojuda; sentí que dejaba en la orilla al amigo que me acompañó durante el recorrido más duro de mi vida. (Porque de verdad lo hizo).
Hoy, después de la contrición, regreso a ésta, mi casa de siempre, con alguna que otra historia. Ojalá semanalente.
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19 comentarios:
Vaya veo que no soy el único que anda de crisis ;-)
Cuando he visto el título, me he sentido bastante identificado. Aunque luego he visto que las razones no son las mismas ;-)
La verdad que escribir un blog supone un gran esfuerzo y no siempre uno es capaz de encontrar los estímulos necesarios.
Otras veces, también es la falta de tiempo, otras ocupaciones y compromisos.
En cualquier caso, me alegro de tu vuelta, Carlos.
Un abrazo!
Cabovolo: Siempre estamos arañando tiempo y buscándolo debajo de las piedras, es lo más usual. Y sí, supone un esfuerzo redactar o darle forma a una historia, por eso prefiero ir más despacio.
Creo que de una u otra forma, gente como tu o como yo (y el resto de la peña), jamás nos iremos de aquí, aunque nos echen :)
¡Un abrazo Maestro!
Como podras ver mi nick tiene q ver con la barra de El Nacional, tambien sostengo un blog, no a la altura del tuyo, e ideologicamente distintos a los tuyos, pero he sido un ferviente seguidor de tus historias muy interesantes y entretenidas. quiz ano me considere un bloguero pero se el tiempo que hay que dedicarle, tambien era un asiduo lector y desde mi trabajo (que no debería ser así) he dejado de leer y me encuentro en el mism plano de ojear las revistas y libros que he comprado.
Te escribo, para que no descuides a alguien que siempre fue tu apoyo, saludos y continua adelante!!!
Espero que una vez que has bebido de nuevo de las fuentes literarias te tengamos de nuevo Carlos,por estos lares, y no solo en la brevedad de un tweet justo y oportuno.
PD. No he podido aún con la Montaña Mágica.Pero eso sí, leer las grandes obras requieren toda nuestra atención.Saludos.
Don Carlos:
Pues bienvenidas sean esas ganas de volver a escribir esas historias reales y desconocidas pero que no dejan de ser fantasticas. Por lo que usted a estado pasando yo lo llamo "TRANCE BLOGUERO" jajajaja ( tambien manejo dos espacios de reuniones ciberneticas y he pasado por su misma crisis ), porque todos en algun momento, con estos nuevos metodos de comunicacion como que añoramos lo que disfrutabamos en cierto momento de nuestra vida donde no existia una pantalla. Ahora solo toca encontrar el valance perfecto de, entre su blog y sus otras preferencias. Pero, y aunque suene egoista.... me encanta que haya regresado!!
La verdad es que se extrañan esas historias con las que nos haces llevar a otros tiempos. Historias olvidadas que nos asombran y nos llenan de reflexión. Te doy ánimos desde Centroamérica.
Carlos, no hay problema con eso. Yo siento que la escritura en mi blog es, o puede ser, de las cosas que aunque abandono a veces, siempre vuelvo a ella.
Esperamos seguir leyendo tus historias. El blog siempre estará aquí.
camarada ya habrá tiempo para retomar el blogs
no lo force, la inspiración y pasión debe conjugar
siempre paso a leer tu historias
pero había dejado de hacer comentarios
saludos!
Alguna vez había entrado por aquí a leer, pero nunca hice comentario alguno. Tu texto provoca este primero.
Hace algún tiempo cerré el que era mi blog, precisamente porque también un día entré y no pude con esa sensación de desolación, de abandono. Mucho tiempo después he vuelto, pero en otro lugar y con otros tiempos, con otro ritmo y no aquel desenfrenado que incluso causaba ataduras invisibles. Porque también he vuelto a la lectura olvidada, y ahora mismo, compaginando ambos (blog y lectura) creo que soy un poco más feliz... presuponiendo que la felicidad exista.
Saludos, a tí y a todos. Seguiremos viéndonos.
Buenos días Carlos
Leyendo tus reflexiones, me he acercado a las mías,que más de una vez me planteado.
Un beso grande y a la espera de la próxima historia
Linda semana!!!
Estaba super triste sin estos textos. Ire a tu casa algun punto estos días, ok?
Charly
Inevitablemente todos pasamos por esto con nuestros blogs, y no se lo merecen, yo dejé por un tiempo, y ya pasaron 3 años ... siempre con mil ideas, siempre pensando en volver, y nunca concretando ... pero en tu caso, se que este espacio te ha dado grandes satisfacciones, y se que te ayudó en los momento mas dificiles, y por sobre todo, me dio la posibilidad de conocerte a la distancia, y con la frialdad de las teclas del computador, pero aprendiendo mil historias interesantísimas, reflejo, de una persona igualmente interesante.
Espero que lo puedas retomar, lectores fieles, tienes a miles, y de todas partes de la blogoesfera.
Fuerza amigo !!!
Te mando un besote, tu amiga de Uruguay Key ^_^
Solo por estar aqui te lo agradezco .....no importa que sea 3 veces por semana o 1vez ....lo importante es que sepas que tenemos paciencia para esperar ....pero regresa siempre!
Mi estimado Carlos la riqueza de tus historias y la maravillosa manera de hacerlo es un deleite, siempre te he leído y he descubierto historias inimaginables es este tu blog.
Yo creo que la periodicidad con que escribas no importa, siempre que lo sigas haciendo, en mi tendrás siempre un fiel lector.
Un abrazo
Como sabíamos que ibas a volver aquí te estábamos esperando.
Un abrazo amigo.
Bienvenido Carlitos mi familia entera te extrañaba!! yo les leo tus blogs, los reuno a todos incluso a amigos y nos sentimos orgullosos de que seas Ecuatoriano! Bienvenido y espero hayas encontrado la musa perdida.
Yo soy un vecino al sur, de Perú, y también sigo tu blog. Se te extrañaba hermano, por tu culpa se me borraba el f5 :D
solo digo...ya era hora. gracias por volver.
Eres grande Carlitos, tu blog es el mejor, por favor no dejes de escribir. Si tu blog me sentía incompleta.
Gracias por volver
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