lunes, diciembre 19, 2011

La mujer más bella del Renacimiento murió a los 23 años

Fue una mujer que iluminó con su bello rostro la Florencia del siglo XV. Su nombre de soltera era Simonetta Cattaneo, hija de un noble genovés. Se casó muy joven a la edad de dieciséis años con un vecino de Botticelli llamado Marco Vespucci...

Hay muchas imágenes con las que todo el mundo identifica la época del Renacimiento, obras famosas que se han convertido en verdaderos iconos de la época. Para la mayoría de estas obras los artistas utilizaron como modelos a gente anónima, personas que poseían alguna característica que quería el autor y punto. No se sabe mucho más de ellas. Podemos poner como ejemplo la pintura de Miguel Ángel en la bóveda de la Capilla Sixtina, La creación de Adán, o su inquietante y enigmático David. No se sabe quiénes posaron de modelos para esas obras. Incluso la famosa Mona Lisa de Leonardo da Vinci, que ahora se especula sería un retrato de Lisa Gheradini, presenta más dudas que certezas sobre la verdadera identidad de la modelo. Aquí hay que notar que a pesar de los cientos de teorías y consideraciones académicas, la fascinación que ejerce la Mona Lisa tiene más que ver con la enigmática personalidad de Leonardo, que con cualquier persona retratada.

Bueno, algo muy distinto sucede con la obra de Sandro Botticelli porque en ella está plenamente identificada la modelo. Aquí es válido hacer una pequeña digresión. El verdadero nombre de Botticelli era Alessandro di Mariano di Vanni Filipepi. Botticelli significa "barrilito". Este es un apodo que adquirió desde niño porque a su hermano mayor lo llamaban Botte (barril) debido a su contextura física.

Volviendo al tema, Botticelli nació y fue formado en Florencia bajo la influencia de grandes maestros, y al igual que Leonardo Da Vinci, también fue patrocinado por los Médici, la más poderosa familia florentina de la época. Su historia de éxito y posterior descenso, no nos dice mucho sobre los acontecimientos históricos que moldearon su época; pero aún así, Botticelli nos dejó con algunas de las imágenes más memorables del arte occidental, entre las que sobresale su más famosa obra El Nacimiento de Venus.

"El nacimiento de Venus"

Es aquí a donde quería llegar. ¿Quién es la mujer del famoso cuadro de Botticelli?
Pues es ni más ni menos que Simonetta Vespucci, a quien muchos llamaron la mujer bella de la época. En eso coincidían nobles y plebeyos, navegantes y visitantes, propios y extraños.

Simonetta Vespucci

Fue una mujer que iluminó con su bello rostro la Florencia del siglo XV. Su nombre de soltera era Simonetta Cattaneo, hija de un noble genovés. Se casó muy joven a la edad de dieciséis años con un vecino de Botticelli llamado Marco Vespucci. El joven, que estaba muy enamorado de la bella, fue aceptado de buena gana por el padre de Simonetta debido a que su familia estaba bien conectada en Florencia, en especial con los Médici.


Todos los nobles de la ciudad estaban obsesionados con Simonetta. Los hermanos Giuliano y Lorenzo de Médici también sucumbieron a sus encantos y quedaron prendados de su belleza. Pública y descaradamente rivalizaron en más de una ocasión y le manifestaron su admiración (léase ganas), pero acabaron recibiendo sólo el rechazo y desdén de la bella y ajena rubia. El poeta Ángelo Poliziano reflejó la pasión prohibida de ambos hermanos en su obra "La Giostra". Y hasta el mismísimo Lorenzo de Médici, alias "El Magnífico", llegó a describirla así en sus, por cierto, muy machistas memorias:

"Su cutis era extremadamente claro, pero no pálido; rosado, pero no rojo. Su porte era serio, sin ser severo; dulce y placentero, sin asomo de coquetería o vulgaridad. Sus ojos vivos, no manifestaban arrogancia ni soberbia. Su cuerpo era finamente proporcionado, y entre las demás mujeres aparecía de superior dignidad. Paseando, bailando o en cualquier otro ejercicio, se movía con elegancia y propiedad. Sólo hablaba cuando era conveniente y dando opinión tan acertada, que no se podía añadir o quitar a lo que iba diciendo. Su comprensión era superior a la que pide su sexo, pero sin aparentar darse cuenta de ello y sin caer en el error, tan común entre las mujeres, que cuando sobrepasan el nivel se hacen insoportables".

Simonetta fue descubierta como modelo por Sandro Botticelli a través de los Vespucci. Por parte del pintor fue amor a primera vista porque desde aquel primer día en que la vio, la convirtió en su musa, y por supuesto que también lo fue para los destacados pintores que pasaron por Florencia.


En la Giostra (un torneo de justas) de 1475, Giuliano de Médici entró a las listas cargando una bandera en la cual se veía pintada a Simonetta (por Botticelli, obvio) posando como Palas Atenea con yelmo, y con una leyenda en francés que decía: «La Sans Pareille», es decir «La Incomparable». Giuliano ganó el torneo y la bella Simonetta fue nombrada «Reina de la Belleza» de aquel encuentro. A partir de entonces la fama de Simonetta como la mujer más bella de Florencia recorrió por toda Europa, y con sobra de merecimientos es nombrada hasta la fecha por muchos historiadores como la mujer más hermosa del Renacimiento.


Lastimosamente y como suele ocurrir en este tipo de historias, la bella Simonetta murió muy joven, la noche del 26 de abril de 1476 a la edad de 23 años. Se presume que había contraído tuberculosis. Botticelli nunca pudo superarlo y quedó el resto de su vida obsesionado con ella.

Alessandro Botticelli, autorretrato

Venus y Marte, click para ampliar

En su famoso cuadro "Venus y Marte" no hace falta ser muy observador para darse cuenta de que quienes representan a los dioses del Olimpo, son Simonetta junto al mismo Botticelli (fíjense en el autorretrato superior). Esta era la única forma, el único sitio donde el artista podía verla como su pareja.

Sin lugar a dudas el famoso pintor fue el hombre que más la amó, aunque a su manera, respetuosamente y en silencio. En 1485 terminó su cuadro El nacimiento de Venus como homenaje póstumo a Simonetta (nueve años después de su muerte) y, aunque él nunca lo aceptó, hay que estar ciego para no darse cuenta que ella es la mujer que está retratada en casi toda su obra. Todas las mujeres de sus cuadros guardan un exacto parecido a Simonetta.


Tan grande fue el amor de Botticcelli hacia su musa, que nunca contrajo matrimonio y personalmente pidió que después de muerto fuese enterrado a los pies del sepulcro de Simonetta en la Iglesia de Ognissanti (Todos los Santos) —la iglesia de los Vespucci— en Florencia. Tras su muerte en 1510 le fue cumplido su deseo, y allí mismo, a sus pies, fueron depositados sus restos 34 años después de que muriese el amor de su vida. Botticelli sin saberlo, nos estaba legando otra maravillosa lección de amor.

Sitio donde está enterrado Botticelli en la Capilla de los Vespucci

Se sabe que Botticelli realizó más de 150 obras pero muchas de ellas fueron destruidas por la Iglesia Católica acusadas de paganas y profanas. “El Nacimiento de Venus” (primera imagen de este post) es una de las pocas pinturas paganas de Botticelli que no fueron destruidas por la Iglesia Católica. Otra fuente da cuenta que Lorenzo de Médici protegió el cuadro de la ira de la Iglesia para dejar a su hermano un recuerdo de su amada.

Algo muy curioso es que los retratos que pintó de sus mecenas, no tienen esa belleza, esa mística ni el espíritu de sus otras composiciones. Queda claro que los retrataba por obligación, y es lógico que debió haberlos detestado infinitamente por dentro, al tener que ver y soportar cada vez que cortejaban a su amada.

Escarbando por ahí me encontré con esta formidable galería de Sandro Botticelli, disfrútenla y descubran ustedes mismos en casi todas sus obras, una mujer parecida a Simonetta.
Un lector acaba de enviarme otra galería, disfrútenla también.

Fuentes y referencias:
1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8

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8 comentarios:

Fresh Coco dijo...

El nacimiento de Venus es mi obra favorita, me encanta. tengo un super puzzle en el comedor del cuadro.
Me ha emocionado conocer esta historia "de amor

Manuel dijo...

Una historia de amor, con final triste.

Saludos

GABU dijo...

El amor con cierto grado de obsesión ciertamente no tiene límites ni poder para el raciocinio...

P.D.:Tal vez las obras de arte,sean ese depositario en el cual ningún artista ha logrado camuflar su inconsciente...

BESITOS MARAVILLADOS
Me fascina cuando tus relatos históricos estan matizados de pasión amorosa!! ;)

cieloazzul dijo...

Paso a dejarte un beso con todo mi cariño amigo entrañable... mis mejores deseos para estas fiestas y para cada uno de tus días...
te quiero siempre!

Gustavo Löbig dijo...

Felicitaciones por un resumen tan acorde a las fuentes históricas, que validad a "la bella Simonetta" como la musa de Boticelli. Y al otro lado del tiempo, mi musa también, porque su imagen me ha servido para pintar varios cuadros al estilo del gran maestro mencionado. Me gustaría saber qué opinas de mi artículo"carta de amor a mí mismo", pues justamente la redacté en una de esas fases artísticas inspiradas por Boticelli. Gracias!

PeterPsych dijo...

Enorme artículo. Si Simonetta era como Boticelli la pintó estaríamos hablando de una de las más bellas mujeres de la historia. Belleza, en el sentido más espiritual de la palabra. Su belleza es triste, virginal, llena de ternura. Blanca, radiante, preñada de luz... Algo muy propio del Renacimiento, donde los valores de la Virgen María se trasladaban heréticamente en un ideal erótico estéticamente insuperable. Era el Renacimiento de Venus, la Diosa dormida, bella encantada. No me extraña que Boticelli estuviera loco por ella.

Raquel Salamanca dijo...

Como era de esperar, nos encontramos ante un nuevo ejemplo en que el "fisico" se convierte en el condicionante principal para que fluya un "amor obsesivo". Desgraciadamente, en todos los tiempos el "físico" es elevado al summum en torno al cual gira casi todo, dejemonos de hipocresías vanas en donde Sr diga que lo mas importante es la "belleza interior" porque no es asi... y si no que alguien sea capaz de contar una Bella historia de "amor obsesivo" en la que ella no sea agraciada físicamente. Con la cantidad de hombres bañados por la fealdad...que injusto es el ser humano..

Raquel Salamanca dijo...

Como era de esperar, una vez mas, el "físico" como elemento condiciinante de un amor "obsesivo", no cabe suda que en todos los tiempos, incluidos los actuales, el "físico" representa un papel fundamental en torno al cual giran casi todas las dimensiones del ser humano, triste realidad pero cierta, por eso deshechemos las hipocresías vanas en donde se ensalza la "belleza interior" como primer aspecto de la persona, vil mentira. Ojalá se aplicara todo de igual manera al género masculino, pues ellas en su inmensa mayoria estan bañados en fealdad sin solución y por esa regla de tres no serían amados nunca.

 
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