En 1695 sucedió un hecho muy extraño y que llamó la atención de toda Francia. El Rey Sol, Luis XIV, entregaba una generosa pensión de por vida a una joven monja negra. De hecho, toda la corte francesa asistió a la ceremonia donde la muchacha pronunció sus votos e ingresaba en el convento de las Hermanas Benedictinas de Moret. ¿Quién era esta joven de color?
Luis XIV de Francia, se casó en 1660 con la infanta española María Teresa de Austria. Según las crónicas, para María Teresa fue amor a primera vista, pero para Luis XIV fue todo lo contrario, ya que éste hizo comentarios a sus allegados de que "no había encontrado nada atractiva a aquella chica gordita de dientes estropeados", y que de hecho, "le había llamado la atención su feo peinado, pero que seguiría el consejo de desposarla para concretar la alianza con España".
Pese a tener su propio séquito de damas, la reina María Teresa empezó a sentirse sola, abandonada y humillada, lo que la condujo una fuerte depresión y a despreciar ese traicionero ambiente de la corte francesa.
El esclavo fue cristianamente bautizado con el nombre de “Nabo”, y poco a poco fue dando a conocer su personalidad impetuosa, inteligencia y gracia, con lo cual mantenía muy entretenido al círculo de la reina. De hecho, entre la aristocracia francesa se impuso la moda de poseer un esclavo negro, la cual acabó influyendo en los artistas de la época que pintaban los retratos de sus clientes aristócratas con pajes de color.
Los galenos intentaron encontar alguna explicación al insólito suceso, y entre las hipótesis que barajaron estaban el régimen alimenticio de la reina durante su embarazo, el clima, la falta de aire al nacer la niña, etc. Pero a pesar de tan extrañas teorías, todos recordaron a Nabo, el joven esclavo negro que casualmente había fallecido de "manera súbita" hace pocos meses.
La versión oficial fue que la niña nació frágil y enfermiza y murió al mes y medio, el 26 de diciembre. El doctor Patin, médico y decano de la facultad de medicina, señala en su correspondencia: "la pequeña tuvo convulsiones y murió esta mañana; era débil y delicada, jamás tuvo salud." Este hecho es recogido por varios cronistas de la época; sin embargo, no se han encontrado relatos de testigos directos de la muerte de la princesa negra.
La prima del rey, Ana Maria Luisa de Orléans, duquesa de Montpensier, al respecto de este incidente, relata en sus memorias:
“El hermano del rey me contó lo difícil de la enfermedad de la reina, de cómo su primer capellán se había desmayado de aflicción, y el príncipe y toda la gente junto con él se habían reído de la cara que puso la reina cuando vio que la hija que había dado a luz, se parecía a un pequeño moro que el señor de Beaufort había traído, que era muy bonito y que siempre estaba con la reina; cuando se dieron cuenta de que su hija se le podía parecer, se lo llevaron, pero ya era demasiado tarde, y le dijeron que la niñita era horrible, que no viviría y que no se lo dijera a la reina porque se moriría."
María Teresa falleció 20 años después del polémico alumbramiento, en 1683, y 12 años después de su muerte, en 1695, una monja negra tomaba los hábitos en el convento benedictino de Moret. Toda la corte del rey estuvo presente el 15 de octubre en la ceremonia de la lectura de votos por parte de la novicia, y el mismísimo Luis XIV le concedió a la joven una pensión vitalicia de 300 libras, aparte que desde hacía ya 10 años que la Casa Real venía pagando su noviciado.
También se barajaba otra teoría, y ésta decía que podría ser la hija del rey Luis XIV con una mujer negra ya que todos sabían que en ese sentido, el rey no hacía distinciones a la hora de sus encuentros sexuales. Toda mujer estaba bien para él, las campesinas, las hijas del jardinero, las sirvientas, las damas de sociedad o cualquier fémina que se cruzara por su camino cuando el rey se encontraba especialmente “cariñoso”. Sin embargo esta hipótesis cuesta asimilar ya que las amantes del rey eran conocidas porque todos sus hijos bastardos eran registrados, y especialmente, porque en aquella Francia del siglo XVII casi no había mujeres negras. Estas empezaron a ser frecuentes apenas en el siglo XVIII, después de haberse consolidado la moda aristocrática de tener un esclavo o esclava de color a su servicio.
Cabe destacar que la monja negra se llamaba Luisa María Teresa, es decir, llevaba los nombres de ambos soberanos. La religiosa falleció en 1732.
Fuentes y referencias:
1, 2, 3, 4, 5
8 comentarios:
Pobre esclavo.... el placer le costó la muerte.
Desconocía totalmente esta historia.
Saludos.
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Saludos cordiales.
Acá en Rusia tienen un particular interés por la cultura francesa. Hace algún tiempo leí en un artículo que la monja negrita "era" hija del Rey porque eso explicaba las consideraciones que tenía "su padre" y el hijo de este, el Gran Delfín; además de las muchas visitas de Madame de Maintenon, Felipe (Duque de Anjou) y el Duque de Borgoña. Bacán el tema, me recuerda al hermanastro del rey, en la película "the man in the Iron Mask".
;-)
Otra curiosa história que me ha gustado conocer ;)
Besitos Carlos ;)
Cada vez que leo historias en la que los hijos se vieron perjudicados,sòlo me cabe preguntarme: ¿por què los hijos deben de cargar de por vida con el peso de los pecados de sus padres?
P.D.:Por otro lado,me apena que la reina haya muerto creyendo que su hija ya no estaba en este mundo...
BESITOS SECRETÌSIMOS ;-)
gracias por darnos a conocer estas historias :D
Ostras con la reina, se beneficia al negrito, tienen un hijo y lo mata!
Besicos
Dejo el blog en estado cerrado ya que no publico,vale?
No quería hacerlo sin avisar.
Besos, Carlos
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