domingo, octubre 17, 2010

El Ángel rubio de Auschwitz

Después de la Segunda Guerra Mundial, los aliados llevaron a numerosos criminales de guerra nazis para juzgarlos ante el Tribunal de Nüremberg y en otras instancias judiciales. Casi todos eran hombres, pero una de las pocas mujeres enjuiciadas y condenadas por crímenes contra la humanidad fue Irma Grese, quien cometió múltiples y atroces delitos durante el tiempo en que se desempeñó como supervisora en los campos de concentración de Auschwitz, Bergen-Belsen y Ravensbrück.

Irma Grese

Irma nació el 7 de octubre de 1923 en Wrechen, Alemania. Durante su adolescencia, jamás fue una buena alumna, de hecho nunca le interesaron los estudios, por lo que dejó la escuela a los 15 años para participar en la Bund Deutscher Mädel (Liga de la Juventud Femenina Alemana), de la que era fanática, situación que su padre no aprobaba, pero a ella eso no le importaba, puesto que estaba fascinada con la oratoria de Hitler y los principios del nacionalsocialismo.

Afiche de las Juventudes Femeninas Alemanas

Trabajó durante dos años en un sanatorio de la SS intentando graduarse en enfermería, algo que nunca consiguió. En 1942, con 18 años, se presentó como voluntaria para entrenamiento en el campo de concentración de Ravensbrück. Su padre enfureció con la noticia puesto que era contrario tanto al régimen nazi como a este tipo de trabajos. Cierto día, Irma obtuvo permiso para salir y fue hacia su hogar con el uniforme de la SS. Al verla vestida con ese uniforme, su padre la echó de la casa.


En 1943 fue trasladada al campo de concentración de Auschwitz en calidad de SS Oberaufseherin (guardia femenina), siendo ascendida a supervisora a finales de ese mismo año. Llegó a convertirse en la segunda mujer de más alto rango del campamento, después de María Mandel, otra criminal nazi.

A su cargo tenía a más de 30.000 reclusas judías, en su mayoría polacas y húngaras. El ascenso obtenido dio como resultado que Irma aumentara su fanatismo nazi, y desarrollara un sadismo nunca antes visto.

Entre las prisioneras era conocida como "El Ángel de Auschwitz", debido a la belleza de sus facciones, endurecidas por un gesto de ferocidad y desafío, donde escondía sus verdaderas intenciones y maldad. Hubo rumores de que Irene mantenía relaciones sentimentales con el doctor Joseph Mengele, “El Ángel de la Muerte”, responsable de vivisecciones y experimentos con enfermedades en los judíos del campo, sin embargo, es algo que nunca pudo comprobarse. De todas formas ambos ángeles eran el terror de Auschwitz.

Pasó después por los campos de concentración de Ravensbruck y Bergen-Beldsen. En este último fue detenida el 15 de abril de 1945 por los británicos, junto a otros integrantes de la SS.

Siendo procesada en Nüremberg

En el juicio que se realizó de septiembre a diciembre de 1945, fue acusada de crímenes de guerra por varias supervivientes de los campos de concentración donde había estado. Con los numerosos testimonios en su contra, se logró recrear un perfil de la alemana:

Siempre usaba botas pesadas, látigo y pistola. Como una forma de castigo, solía dejar que perros hambrientos y furiosos se lanzaran encima de las presas para atacarlas. Fue también acusada de asesinar a internas a sangre fría y como torturadora de niños. Con su látigo trenzado propinaba sádicas palizas a sus víctimas hasta provocarles la muerte. Buscaba entre las presas judías a las de mejor figura, con la cruel intención de destrozarles los pechos a latigazos. Las víctimas después eran llevadas donde una reclusa médica que les hacía una dolorosa curación, de la cual Irma era testigo. El dolor ajeno, especialmente femenino, era algo que llegaba excitarla.

Después de su detención, se informó que en su domicilio se encontraron tres lámparas de mesa forradas con piel humana, presumiblemente de prisioneros judíos asesinados.

Irma nunca admitió los asesinatos ni las torturas, ella decía que si conocía del destino de las prisioneras, pero por boca de ellas mismas. Algo que nunca negó, fueron sus ideales nazis, y de hecho, se la pasaba cantando himnos de la SS en su celda.

En el juicio, Irma fue considerada una de las principales criminales de guerra y fue condenada a la horca. Tenía 22 años, siendo la más joven condenada a muerte sobre leyes británicas en el siglo XX. La ejecutaron en la prisión de Hamelín, Alemania, el 13 de diciembre de 1945.

Las últimas palabras de Irma a su verdugo fueron: "Schnell!" (¡Rápido!).

Fuentes y referencias:
1, 2, 3

10 comentarios:

TORO SALVAJE dijo...

Que se pudra eternamente en el infierno.

Nazis, Soviéticos... que asco me dan, ojalá no descansen nunca sus almas podridas.

Acabo de ver la película Katyn (que recomiendo a todo el mundo)y he quedado horrorizado por los crímenes cobardes y crueles de los comunistas soviéticos sobre los polacos.

Saludos.

Efren (a.k.a. Ludovico) dijo...

Increible. Gente loca que hay en el mundo

Belén dijo...

Madre mía... la verdad es que este tipo de personajes me ponen la piel de gallina...

Besicos

Lara dijo...

Que asco de tía..... es que no me sale decir otra cosa :(
Besitos Carlos ;)

J. Daniel Estrella dijo...

Particularmente macabras las tres lámparas de mesa...

GABU dijo...

Estas historias me ponen la piel de gallina!!

Siempre me llamò la atenciòn esa cierta frialdad que tienen muchas mujeres al ejercer un puesto de poder...

P.D.:En el caso de Irma,por lo visto no se hizo esperar la desmostraciòn de todas las atrocidades que era capaz de cometer!!

BESITOS ESCALOFRIANTES

Dragonfly dijo...

Sentí una combinación de repulsión y hasta cierto temor de encontrarme con una loca como esta.

Besos ;)

esteban lob dijo...

Hola Carlos:

Pensar que la tipa daba instrucciones hasta a sus verdugos, con la invocación de que el final fuese rápido. Espero que ellos no hayan entendido alemán.

Un abrazo y (Off Topic) felicitaciones por el 6-1.

Sergio dijo...

No puedo imaginar a una mujer así, pero acepto que deben de existir, es increíble.

un abrazo con amor

poesiacruel dijo...

Aunque parezca increíble, las mujeres son mucho más perversas e insensibles que los hombres.

 
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