Abebe Bikila nació en 1932 en un pueblo llamado Jato, a unos 130 km de la capital de Etiopía. De acuerdo con la tradición de su etnia, pasó la mayor parte de su infancia pastoreando ganado, actividad que alternaba con la escuela. Para la edad de 12 años, ya había completado la instrucción primaria.
En 1952, a la edad de 20 años, Abebe pudo ingresar como recluta en el Cuerpo de la Guardia Imperial, quienes eran los encargados de brindar seguridad al Emperador.
Un día común y corriente, mientras montaba guardia en palacio, presenció un desfile de los atletas etíopes que acababan de participar en los Juegos Olímpicos de Melbourne. Estos atletas llevaban el nombre de "Etiopía" escrito en la espalda de su uniforme deportivo, y cuando supo que habían representado a su país en la más grande cita atlética mundial, no lo pensó dos veces. Sabía que ese era su destino.
A la edad de 24 años, Abebe participó en el campeonato de las fuerzas armadas nacionales. El héroe deportivo de aquella época en su país, era Wami Biratu, que tenía los récords nacionales en los 5000 y 10000 m. Junto a ese gran atleta corrió su primera maratón, y la multitud congregada en el estadio, esperaba ver a Biratu llegando a la meta como vencedor. De hecho, en los primeros kilómetros, Wami Biratu iba a la cabeza, pero poco tiempo después, las emisoras de radio informaban a la multitud que un joven atleta desconocido, con el nombre de Abebe Bikila, era el nuevo líder.
Fue así como Abebe ganó su primera carrera importante, y más tarde se propuso romper el récord en los 5000 y 10000 metros, que hasta ese momento se hallaba en poder de Biratu. Con estos impresionantes resultados, Abebe calificó automáticamente para los Juegos Olímpicos de Roma de 1964. Se había hecho realidad su sueño más anhelado, el de lucir un traje deportivo con el nombre de su país en la espalda.
La victoria romana significó para Abebe Bikila el ascenso a sargento y un anillo de diamantes, a cambio, el Emperador de Etiopía, se quedó con la histórica medalla. Pero Etiopía siempre ha sido un país convulsionado, y Bikila, como parte de la Guardia Imperial, fue involucrado en un fallido intento de golpe de Estado, en el que no tuvo parte activa. Junto con los otros acusados, fue condenado a morir en la horca, pero el Emperador amnistió al héroe nacional y lo reincorporó a filas. Los demás no corrieron la misma suerte.
Junto a sus compañeros de equipo, Mamo Wolde y Demssie Wolde, Abebe reanudó los entrenamientos dos días después de su llegada a Tokio, y volvió a ganar para su país la medalla de oro en maratón, a pesar de estar semi convaleciente, debido a la extirpación del apéndice. Fue también la primera vez en la historia de las Olimpiadas, que la maratón era ganada en forma consecutiva por un mismo atleta. El nuevo registro de 2:12:11 que Abebe impuso en esta ocasión, fue el broche de oro con el que cerró esta carrera inolvidable, había vuelto a imponer un nuevo récord mundial.
Abebe continuó entrenado para los siguientes Juegos Olímpicos, los de México de 1968, a los que también asistió. Lamentablemente, tuvo que retirarse en plena competencia después de recorrer 17 kilómetros, según la versión oficial, debido a una lesión en su rodilla derecha. De todas formas, su compatriota Mamo Wolde, terminó ganando la carrera. Poco después se supo que Abebe había sufrido una grave lesión -la fractura de un hueso del pie-, pocos días antes de la competencia, y que aún con esa molestia, decidió correr por su país. Solamente cuando el dolor ya se hizo insoportable, fue cuando decidió abandonar la competencia.
En toda su carrera deportiva, Abebe participó en más de 26 maratones, de las más importantes del mundo. Participó en tres Olimpiadas, en dos de las cuales logró la medalla de oro. Quién sabe que de no haber mediado la última lesión, hubiese sido el único atleta en ganar la maratón en tres Olimpiadas consecutivas.
A la edad de 36 años, en 1969, Abebe Bikila se encontraba al volante de su auto Volkswagen durante unos disturbios civiles en la capital de su país, y repentinamente tuvo que desviarse para evitar un piquete de manifestantes, pero perdió el control de su auto y cayó dentro de una zanja, quedando atrapado entre la carrocería. Cuando fue liberado del coche, se dieron cuenta de que había quedado tetrapléjico. Durante los siguientes 9 meses, fue tratado en Etiopía y operado en Inglaterra con ayuda del gobierno. Gracias a esa operación, logró mejorar su condición a paraplejía, recuperando en algo su movilidad.
Aún así, con su difícil condición física, quiso seguir represntando a su país, y lo hizo en la modalidad de Tiro con arco, en Inglaterra, el 20 de julio de 1970.
La vida del legendario Abebe Bikila tuvo un trágico final en octubre de 1973, cuando murió a causa de una hemorragia cerebral secuela del accidente automovilístico. Fue enterrado en una ceremonia oficial, donde se dieron cita 75.000 personas para llorar a su héroe. El Emperador Haile Selassie I proclamó un día de luto nacional en memoria del ídolo del pueblo.
Fuentes y referencias:
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6 comentarios:
Ese es un ejemplo, no solo de una persona luchadora sino un patriota. ¡Buena historia!
No importa nuestra condición física, siempre somos útiles. Un ejemplo a seguir.
Besitos Carlos muuuuuuacks!!!
Sabía quien era pero desconocía los detalles.
Gracias otra vez.
Saludos.
un mago de pies desnudos.
Él fue otro deportista enorme, con vida digna de argumento cinematográfico.
Saludos Carlos.
Este caballero es un ejemplo de que,cuando se quiere,sì que es posible encontrar esa garra de temple,coraje y tesòn que habita dentro de uno!!!
P.D.:Un verdadero modelo a seguir...
MIS BESITOS DE VIERNES ♣
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