Charles Eugene Williams era considerado a inicios del siglo pasado el mejor jugador de Squash del mundo. Nadie lo recuerda por eso, más bien a veces es mencionado por pertenecer a los afortunados sobrevivientes de la tragedia del Titanic.
Charles E. Williams
Abordó el Titanic con destino a Nueva York, porque en esa ciudad iniciaría dentro de una semana una gira de exhibición y un par de partidos benéficos, pero se encontraba contrariado, y la razón era que quienes le habían animado a viajar en el lujoso barco, le habían dicho que gozaría de todas las comodidades como gimnasio, piscina climatizada y cancha de squash. El problema era que el barco si contaba con esas instalaciones, pero estaban reservadas sólo para pasajeros de primera clase, y él se encontraba en segunda clase. Estaba enfadado porque iba a pasar casi cuatro días de viaje sin entrenamiento alguno, pero afortunadamente logró hablar con un oficial a bordo, Harold Lowe, para que le permitieran utilizar la cancha de squash.
(El oficial Lowe no se creía eso de que aquel muchacho fuera el campeón mundial de squash, pero de todas formas le organizó un partido ante el mejor jugador que había visto entre los pasajeros de primera clase el día anterior. El oficial sólo quería comprobar si Charles Williams, decía la verdad.)
(El oficial Lowe no se creía eso de que aquel muchacho fuera el campeón mundial de squash, pero de todas formas le organizó un partido ante el mejor jugador que había visto entre los pasajeros de primera clase el día anterior. El oficial sólo quería comprobar si Charles Williams, decía la verdad.)
Cuando se presentó en la pista a eso de las 21:45 horas, Charles saludó cordialmente al otro jugador, que dijo llamarse Norris Williams. Charles pensó que no tendría ningún problema en jugar con aquel simple aficionado, puesto que estaba acostumbrado a jugar contra los mejores del mundo. Más bien estaba contento de poder entrenar.
Apenas habían empezado a calentar y Charles se dio cuenta de que aquel joven jugaba muy bien, de que tenía un alto nivel, muy alto realmente. De todas formas Charles acabó ganando el partido pero por un muy estrecho margen, y esforzándose al máximo.
Apenas habían empezado a calentar y Charles se dio cuenta de que aquel joven jugaba muy bien, de que tenía un alto nivel, muy alto realmente. De todas formas Charles acabó ganando el partido pero por un muy estrecho margen, y esforzándose al máximo.
Los pocos aficionados que presenciaron el encuentro quedaron maravillados porque fueron testigos de un gran partido, y emocionados, les ofrecieron un sonoro y largo aplauso. Los jugadores se estrecharon las manos efusivamente y hablaron unos minutos, quedaron para verse después de 45 minutos para charlar, tomar una copa, y contarse cosas sobre sus vidas, además de fijar un nuevo enfrentamiento. Eran cerca de las 23 horas.
Charles volvió a su camarote muy contento porque acababa de conocer a un auténtico caballero, además de un gran sparring con el que podría entrenar varias veces más, y a un alto nivel antes de afrontar sus compromisos en Nueva York. Pero ¿quién era este joven tenista Norris Williams?
Pues resulta que Norris era un acomodado estudiante de Harvard que viajaba junto a su padre en primera clase. Había nacido en Suiza pero tenía la nacionalidad estadounidense y ya empezaba a destacar como una promesa del tenis universitario.
Pues resulta que Norris era un acomodado estudiante de Harvard que viajaba junto a su padre en primera clase. Había nacido en Suiza pero tenía la nacionalidad estadounidense y ya empezaba a destacar como una promesa del tenis universitario.
El "sparring", Norris Williams
Poco después de ducharse, Norris estaba a punto de salir de su camarote para encontrarse con su nuevo amigo que viajaba en segunda clase, y que lo acababa de ganar en un partido de squash. En ese momento sintió una fuerte vibración que lo sacudió todo, hasta el punto de hacerle perder el equilibrio a su padre, Duane Williams.
Después de ayudar a su padre a levantarse, salió apresuradamente en busca de algún miembro de la tripulación, para que le explicara qué había sido ese sacudón. Al llegar a la cubierta, uno de los oficiales le informó lo que había ocurrido: habían chocado contra un iceberg. En esos momentos nuevamente parecía reinar la calma en el barco, por lo que volvió a su camarote para ver a su padre y juntos dirigirse al bar donde habían quedado en encontrarse con Charles Williams, pero lo encontraron cerrado. Estuvieron un buen rato deambulando por los pasillos del barco sin saber muy bien a dónde ir. Volvieron a salir a cubierta justo en el instante en que el barco lanzaba las primeras bengalas de auxilio, a las 0:45 horas, lo cual les hizo pensar que la situación era grave. Cinco minutos después vieron como la tripulación empezaba a soltar los primeros botes.
Norris junto a su padre y otros voluntarios pasaron más de una hora tratando de poner orden y ayudando a las mujeres y niños a subir a los botes. A las 2:00 se acaban los botes y aún hay más de 1500 personas a bordo, entre ellas Norris y su padre. Cinco minutos más tarde la popa comienza a elevarse y empieza a cundir el pánico. En medio del caos ambos hombres se lanzan al agua desesperados donde consiguen agarrarse a unas tablas junto a otros pasajeros.
Cuando el barco se parte en dos, cae la segunda chimenea justo en el lugar donde se encontraban ellos junto a otras personas, y el padre de Norris pierde la vida. El impacto de la caída de la chimenea lanzó a Norris muy lejos y cuando estaba a punto de ahogarse se dio cuenta que a pocos metros había un bote salvavidas. Logró agarrarse a un costado del mismo junto a otras personas, que lo tenían a punto de hundirse. Entre esta multitud de gente sólo pudo reconocer a una persona, a Charles, con quien había jugado el partido de squash hace casi cuatro horas, el también estaba agarrado como podía.
El agua se encontraba a -2ºC, y del frío casi no podían articular palabras. Sólo podían tiritar.
Sumergidos con el agua helada hasta el pecho, permanecieron más de cinco horas, hasta casi las 8:00 cuando recién un bote del Carpathia llegó para recogerlos. De los 30 ocupantes del bote, 19 murieron a causa de la hipotermia.
Sumergidos con el agua helada hasta el pecho, permanecieron más de cinco horas, hasta casi las 8:00 cuando recién un bote del Carpathia llegó para recogerlos. De los 30 ocupantes del bote, 19 murieron a causa de la hipotermia.
Cuando los sobrevivientes llegaron al Carpathia, el personal médico les prestó los primeros auxilios y un médico pudo ver las piernas de Norris tan severamente dañadas debido a la hipotermia, que sugirió amputárselas de inmediato para salvarle la vida, a lo que Norris se opuso; es más, dijo que prefería morir antes que vivir sin piernas. El médico respetó la decisión del paciente, pero le confirmó que probablemente nunca podría volver a caminar. Richard Norris Williams, se encargaría de demostrar lo contrario: menos de 6 meses después ganaba el US Open en la prueba de dobles mixtos haciendo pareja con Mary Kendall Browne. Un año más tarde, en 1913, fue campeón universitario de Estados Unidos, y jugó la final del US Open en individuales, donde perdió ante el número 1 del mundo Maurice McLoughlin.
En 1914 volvió a jugar otra vez la final del US Open y de nuevo ante el mismo rival, pero esta vez se llevó el título, convirtiéndose en el primer y único jugador nacido en Suiza en ganar un torneo de Grand Slam, hasta que Roger Federer ganó Wimbledon, exactamente 89 años después. En 1915 fue campeón universitario de Estados Unidos por segunda vez y en 1916 ganó su segundo US Open ante Bill Johnston.
Cuando estalló la Primera Guerra Mundial, Norris se alistó en la Marina Francesa. Volvió a los Estados Unidos con varias condecoraciones, entre ellas las dos más importantes que otorga el ejército galo, la “Chevalier de la Legion d’Honneur” y la “Croix de Guerre”. En 1921, le ofrecieron el cargo de capitán del equipo americano de la Copa Davis, ya que para esto se había convertido en el mejor jugador de dobles del mundo. Fue capitán durante 6 años y en todos ellos se alzó con la Ensaladera. Además participó en las finales de dobles de 1921, 1923, 1925 y 1926, ganando los 4 partidos.
Asistió a los Juegos Olímpicos de París 1924, donde conquistó la medalla de oro en dobles mixto. De esta final, alguna vez contó una anécdota muy curiosa:
"Yo tenía un tobillo torcido y le sugerí a mi compañera, Hazel Wightman, abandonar el juego. Ella me dijo que me quedara en la red y que le diera a las que pudiera, y que ella correría a por todas las demás. Funcionó”
"Dick" Norris Williams continuó jugando el US Open hasta 1935, cuando con 44 años aún superó las primeras rondas. Se mantiene como el quinto jugador con más partidos ganados en la historia del torneo junto a John McEnroe. Murió el 2 de junio de 1968 a los 77 años de edad, después de una vida consagrada al tenis. Y pensar que quisieron amputarle las piernas...
Fuentes y referencias:Web del Tenis, Ligasquash, AllExperts
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14 comentarios:
Aguanta, y qué pasó con Charles?
Anda que el médico....
Menuda lumbrera.
Saludos.
Elsa María: Charles E. Williams siguió con su vida normal y jugando en Estados Unidos para introducir -sin mucho éxito- este deporte en América. No hizo nada más fuera de lo común.
Es más conocido por ser uno de los sobrevivientes del Titanic, que por haber sido campeón de Squash.
Saludos!
Hola Carlos:
Esas historias, son las que hacen del deporte algo más sublime que solamente dar raquetazos o, en otros escenarios, marcar goles.
Un abrazo.
Que GRAN historia de vida y valor!!!
No solo trascendiò por ser uno de los sobrevivientes de la tragedia,si no que se opuso a la ciencia demostrando que muchas veces el destino logra ser màs sabio... =)
MIS BESITOS OTOÑALES ♣
Hay veces que hay que pensárselo dos veces eh?
Besicos
Impresionante, no deja de asombrarme lo que puede conseguir el ser humano, con la fuerza de su espíritu y la ayuda de Dios. Se trata de personas especiales, es bueno conocer sus historias, porque son dignos de ser imitados.
Saludos afectuosos.
Muchas Gracias Total
Como siempre, historias interesantes!
Saludos
Nuevamente pasando por los blogs ;)
Si hay médicos que insisto, son todos unos carniceros, extremistas!!!
Que bueno que en éste caso, hubo una segunda oportunidad, una maravilla de relato.
Besos miles
Muy lindo tu blog!! Tus fotos!!
Que empiezes un lindo otoño :)
Pasate por mi blog y opiná, expresate, cualquier cosa que tengas, sacalo!!
Suerte!!
gran anécdota.
Saludos!!
y gracias por ilustrarnos... jejeje
Entretenido e interesante el blog, estuve un rato paseando, saludos!
JD
¡huyamos de los médicos! ¡uf! :)
Una historia muy bonita, sí señor, y con una gran moraleja.
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